Existen más de 700 especies de este árbol, originario de Australia y Tasmania, que está distribuido por todas las partes del mundo. Debido a su gran capacidad para absorber el agua, el eucalipto llegó a Europa a finales del siglo XIX con la finalidad de sanear las regiones pantanosas, ya que, al reducir sus niveles de humedad, se consigue disminuir la presencia de insectos tales como los mosquitos. Por esta misma razón, está presente en las zonas más húmedas de Asia y América con la intención de rebajar el riesgo de enfermedades tales como el paludismo o malaria, enfermedad infecciosa que se transmite a través de la picadura del mosquito Anopheles.
Además de sus aplicaciones medicinales, suele emplearse para la reforestación y en las industrias maderera y papelera.
Las infusiones de la hoja eucalipto (media hoja en infusión para una taza grande, hervida en un minuto, filtrada y endulzada al gusto, son muy buenas contra la gripe, catarros pulmonares, bronquitis, asma, tuberculosis, anginas de pecho y fiebre. Da igualmente excelente resultado, esta bebida, contra la diaetes
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